Idealmente, las maestras o maestros de clase continúan con su grupo de un año al otro durante la primaria. Ellos conducen lo que es la clase principal al principio de cada día. Otros maestros se encargan de las materias especiales, pero los maestros de clase proveen la continuidad que tan frecuentemente falta en un nuestro desmembrado mundo actual. La maestra de clase, los niños y las niñas se llegan a conocer muy bien se convierten en enlace más cercano de la escuela con los padres de ese grupo. Cuando surgen problemas el fuerte lazo alumnos/maestros/padres ayuda que todos los involucrados arreglen las cosas en lugar de pasar los problemas a un tercero.

Está experiencia de comunidad en el grupo, es tanto un reto como una profunda recompensa para los maestros, el tener que preparar una materia nueva mientras sus alumnos crece en año con año garantiza que no se queden estancados, los niños ven que un ser humano puede lograr unificar el conocimiento y la experiencia.

Cuando los niños llegan a la escuela secundaria, la relación alumno maestro cambia los maestros especialistas reemplazan al maestro de clase principal. Ahora un tutor los acompañará en su clase principal; pero las materias requieren ya una mayor especialidad de parte de los maestros. Las artes y las habilidades prácticas juegan un papel esencial en el proceso educativo. En los años de primaria y secundaria son fundamentales para el crecimiento y desarrollo humano.

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